¿Te ha pasado que trabajas, colaboras o compartes con una persona, un equipo o un grupo humano destacado o de muy buenas intenciones, pero la comunicación no fluye y se termina yendo todo a pique?

Hace poco me comentaron de una potente herramienta de autoanálisis que lleva la forma en la que nos hemos relacionado hasta ahora a otro nivel. Se llama la Ventana de Johari y les puedo asegurar que hoy estaría en otro lugar si la hubiese conocido antes.

Se las comparto en este artículo, con tips concretos para construir relaciones más sólidas y honestas basadas en una comunicación efectiva.

¿Te ha pasado que trabajas, colaboras o compartes con una persona, un equipo o un grupo humano destacado o de muy buenas intenciones, pero la comunicación no fluye y se termina yendo todo a pique?

A mí me ha pasado. Y he visto cómo le ha pasado a otros. Una vez, trabajé con un emprendedor social brillante, que tenía una personalidad introvertida y era muy paciente. Ya llevaba años desarrollando una iniciativa de gran potencial de impacto socioambiental, pero casi sin ejecuciones. No tenía equipo y no le alcanzaban las manos. Llegó a mí confesando que tenía dificultades para confiar en otros, que cuando llegaban colaboradores a su proyecto, caía en el micromanaging y la gente se terminaba yendo, haciendo que su iniciativa se moviera muy lento.

Y es que las relaciones interpersonales son complejas porque hay mucho de las otras personas que no conocemos, y por ende, nos quedamos sin entender mucho de por qué actúan como actúan. Los psicólogos e investigadores Joseph Luft y Harry Ingham lo redujeron a un modelo que describe los flujos de información y efectos de la comunicación entre un emisor de un mensaje y sus receptores. Se vé así:

Ésta se llama la Ventana de Johari. Y más que una simple metáfora visual, es un espejo que refleja nuestras relaciones interpersonales y nos invita a adentrarnos en las ventanas de nuestra propia conciencia.

¿Cómo funciona?

Imaginemos una ventana dividida en cuatro vidrios, donde cada uno revela diferentes aspectos de nuestra personalidad y nuestras relaciones. Estas son:

• Área Pública: este pedacito de ventana muestra lo que tú y los demás conocen de ti. Lo más evidente: las cualidades externas y todo lo que comunicamos sin dificultad a los demás, como sentimientos, ideas, opiniones públicas, etc.

• Área Oculta: este otro pedacito de ventana esconde tus pensamientos, sentimientos, experiencias íntimas, opiniones privadas y habilidades que tú conoces, pero que mantienes en las sombras. Esta ventana abarca todo aquello que de lo que soy conciente pero no comunico a los demás.

• Área Ciega: aquí se pueden ver tus rasgos que los demás conocen de ti, pero que tú ignoras. Todo lo que haces que deja una impresión en los demás y que comunicamos en nuestro modo de ser, de comportarnos, en gestos, expresiones, etc.

• Área Desconocida: por último, esta misteriosa ventana aloja los aspectos de tu personalidad y habilidades que aún no han salido a la luz, instintos, experiencias reprimidas u olvidadas, y todo lo que conforma el mundo del inconsciente.

Tanto en las ventanas de lo Oculto como de lo Ciego podemos encontrar algunos de nuestros miedos. Puedes leer aquí lo que escribí al respecto en otra publicación.

Entonces, ¿para qué nos sirve la Ventana de Johari?

Esta herramienta es como un GPS para el autoconocimiento; nos ayuda a navegar por las complejidades de nuestras relaciones y a optimizar nuestro potencial.

En el contexto del emprendimiento social e iniciativas de impacto positivo, conocer estas áreas puede ser la clave para desbloquear soluciones innovadoras y para fortalecer las conexiones con beneficiarios o la comunidad con la que nos involucramos.

Nos permite hacer un escáner profundo de nuestras relaciones y evaluar cómo la información fluye entre nosotros y los demás, ya sea para abrir puertas a la colaboración y la comprensión mutua, o cerrárnoslas.

Por ejemplo, para los que me conocen no es novedad que sea organizada, sensible, honesta y directa (Área Abierta). Lo que mucha gente no sabe de mí es por qué llegué a ser organizada, lo que significa para mí ser honesta y directa, o lo mucho que me afecta emocionalmente lo que pueda ocurrir en mi entorno (Área Oculta). Así como puede que yo no me entere de cómo me perciben otros al ser sensible, organizada, honesta y directa (Área Ciega).

Al tener consciencia de todo eso de mí, me permite sincerarme y comunicarlo en entornos en los que me siento cómoda o donde es necesario para generar espacios de verdadera colaboración.

Si quieres un punto de partida, hay un test on-line que puedes hacer con un poco de ayuda de otros: http://kevan.org/johari.

Ahora, ¿cómo mejorar mi comunicación?

La buena noticia es que podemos cambiar el tamaño de nuestras ventanas, evolucionando nuestras relaciones interpersonales, mejorando nuestra comunicación.

Cuando recién empezamos una relación, ya sea con una o un grupo de personas, es natural que la ventana del Área Abierta sea más pequeña, ya que no ha habido mucho tiempo para intercambiar información.

Sin embargo, lo ideal, para lograr una buena comunicación, es ampliar el Área Abierta para que haya transparencia, franqueza y mejoren las dinámicas de grupo o equipo y el entorno.

El mismo emprendedor del que les hablé al principio, al aceptar y comunicar su falta de confianza en otros, le fue más fácil trabajarlo y eventualmente consolidar un equipo que lo llegó a conocer y aceptar, adaptando ciertas estrategias para vivir la fiesta en paz.

Si mejoramos nuestra comunicación en ambas direcciones (tanto cómo emisores como receptores), iremos achicando las Áreas Ciega y Oculta. Lo que producirá, inevitablemente, que el Área Desconocida se achique como consecuencia.

¿Cómo? Por un lado, confiando, siendo sinceros y abriéndonos con otros, aunque nos ponga en una situación de vulnerabilidad (si temes a esto último, te recomiendo el especial de Brené Brown en Netflix). Y por otro lado, escuchando de manera abierta la retroalimentación de lo que otros perciben de ti, aceptándolo aunque pueda doler, porque es un camino al desarrollo de un YO más auténtico y feliz.

Si bien, la Ventana de Johari puede verse muy simple, su aplicación nos desafía fuertemente a evolucionar y construir relaciones más sólidas y honestas basadas en una comunicación efectiva.

¿De qué te diste cuenta hoy que podrías empezar a comunicar mejor? Te leo en los comentarios.